New York

Bueno, pues ya estamos de vuelta tras un fin de semana intenso y un poco estresante... Antes de nada hay que decir que nos ha encantado Nueva York (o mejor dicho Manhattan, que es lo que hemos visto). Además ha hecho bastante buen tiempo. Yo no iba muy entusiasmada

pero (como me pasó con Chicago y Las Vegas) he vuelto enamorada, volvería mil veces. Nada que ver con Toronto, a la que llaman la pequeña Nueva York sin razón. Eso sí, para vivir me quedo donde estoy (claro q tampoco podría vivir en Manhattan aunque quisiera!), pq Nueva York no está hecha para coches de niños ni para personas con sillas de ruedas (especialmente el metro) .Así q en ese aspecto volver a Toronto ha sido maravilloso, con sus ascensores por todos los lados...

Times Square, una locura de gente, peor que Las Ramblas en hora punta!!!!

Pablo en el avion. Le encanto aterrizar!!!

Por supuesto no hemos podido seguir nuestro ritmo habitual sino que hemos tenido que tomarnoslo con calma. La primera tarde intentamos acoplar a Pablo a nuestro ritmo, pero acabamos hechos polvo y estresados, así que decidimos ir con más calma, descansando en el hotel a media tarde o volviendo pronto. Pero empecemos por el principio, ya sé que hay gente interesada en saber cómo ha sido viajar con un niño pequeño, no? Pues tiene ventajas: es gratis (casi siempre), todo el mundo es más amable, los de seguridad ni te miran (sobre todo si el niño está llorando!) y lo mejor...que no te tienes que quedar en casa, puedes viajar! Inconvenientes: un poco de estrés y que no puedes seguir tu ritmo habitual.

Callejeando

El viaje al aeropuerto lo hicimos en metro y autobus y fenomenal, la verdad. A la ida lo puse en la mochila por si acaso teníamos problemas con el coche, pero como fue muy bien a la vuelta directamente en el cochecito. Ya en el aeropuerto todo iba bien hasta que llegamos a las aduanas de EEUU (si sales de Canadá pasas la aduana aquí, no al llegar). En ese momento Pablo se puso a berrear (como dice Arturo será que no quería entrar en EEUU...) y no sabeis los gritos que pega cuando tiene hambre o el pañal sucio... Afortunadamente, había poca gente pero no me quedó más remedio que darle de comer de pie mientras miraban nuestros pasaportes. Eso sí, el de la aduana me dijo que no me preocupara que no me pediría ni la huella dactilar ni la foto (veis, primera ventaja). Al final no era hambre, sino el pañal, y tuvimos que cambiarle allí en el suelo pq estábamos entre aduanas y seguridad sin baños ni nada. Después ya se calmó y todo bien, en el avión muy bien. A la vuelta nos dieron unos asientos justo detras de primera clase que tenían mucho más espacio para las piernas (otra ventaja). Y menos mal pq le tuve que cambiar en el asiento justo antes de salir...Pero bueno el primer paso superado, no hay ningún problema en viajar en avión.

En la 5a Avenida

Llegamos al hotel (que estaba bastante bien y muy bien situado) sobre la 5 y nos fuimos directamente. Esa tarde bajamos por la 5 avenida hasta la biblioteca nacional y luego fuimos a Times Square un rato. Este paseíto incluyo dos ataques de llanto descontrolado que nos hizo tener que buscar corriendo un sitio donde cambiarle (por desgracia no muy limpios) y es que nos tiene acosttumbrados a dormir 3-4 horas cdo le sacamos de paseo, pero en NY se despertaba mucho más a menudo! Total, llegamos al hotel tarde, cansados y estresados y decidimos tomárnoslo con más calma al día siguiente.

CONTINUARÁ...